Colección: Vodka

Vodka nació en Europa del Este, entre Polonia y Rusia, que compiten por la paternidad del nombre y la primera producción. El término vodka deriva del diminuto del agua en varios idiomas eslavos, como el voda ruso o el woda polaco, para indicar el aspecto claro y transparente de la bebida.

El primer rastro escrito de vodka data de 1405 en Polonia, en un registro de Sandomierz, donde se habla de un tipo de agua con una gradación alcohólica de más del 50%.

A lo largo de los siglos, el vodka se extiende por toda el área eslava y se convierte en una bebida nacional, tanto que en 1649 zar alessio promulga un código imperial para su producción.

Más tarde, la Emperatriz Caterina II usa por primera vez el término vodka en el sentido moderno, en un decreto que regula la propiedad de algunos destiladores. Vodka llega a Europa occidental solo en el siglo XIX, gracias a la campaña de Rusia de Napoleón, que trae a casa grandes cantidades del destilado para ayudar a las tropas. Después de la revolución rusa de 1917, muchos fabricantes de vodka emigran a otros países y difundieron su receta en el mundo.

El vodka es un destilado atípico, que no tiene un sabor o aroma distintivo, pero trata de lograr la máxima pureza y neutralidad.

El vodka se obtiene de la destilación de cereales o papas, que se fermentan con levaduras y agua. El producto obtenido se destila varias veces para eliminar las impurezas y aumentar la gradación alcohólica. El vodka debe tener una gradación mínima de 37.5% ABV según la legislación europea, pero también puede alcanzar el 70% de ABV o más. El vodka se diluye con agua desmineralizada hasta que alcanza la gradación deseada y filtrada con carbono activo u otros materiales para eliminar cualquier residuo.